EL ARTE DE COMUNICARNOS

CONCEPTOS Y TÉCNICAS PARA UNA
COMUNICACIÓN INTERPERSONAL EFECTIVA

Capítulo 2: Comunicación y Percepción

MODELAR LA PERCEPCIÓN:

“La formulación de un problema,
es más importante que su solución”
Albert Einstein

La comprensión del proceso de percepción nos abre también otros horizontes en relación a la comunicación interpersonal. Nos posibilita plantearnos la influencia que podemos ejercer en nuestro interlocutor a través de “modelar” su percepción. Si podemos comprender sus modelos mentales y entender desde dónde le asignará sentido a nuestra argumentación, podremos estructurar nuestro discurso de una manera más efectiva en relación al objetivo que queremos lograr a través de la conversación.

Generalmente estructuramos la argumentación de nuestro discurso desde nuestra propia lógica y cuando dialogamos o polemizamos, centramos nuestro esfuerzo en que el otro observe la situación desde nuestro punto de vista. Comprender el modelo del mundo del otro nos puede servir para reestructurar la forma de presentar nuestra opinión y los fundamentos que la sustentan, de forma tal que pueda ser comprendida desde su propia perspectiva.

A los efectos de ilustrar qué implica “modelar la percepción”, cerramos este capítulo con un relato:

Dos obispos, provenientes de distintos países, se encuentran en el Vaticano en la sala de espera para una audiencia con el Papa.
Uno de ellos es de la congregación de los Dominicos y el otro es Jesuita.
En la conversación, mientras aguardan que los reciba Su Santidad, descubren que ambos son fumadores empedernidos y que comparten la inquietud de que el Papa los autorice a fumar durante las horas que le dedican a sus oraciones diarias.
Primero entra el Dominico y al salir de la audiencia, decepcionado le cuenta al Jesuita que el Papa le había prohibido fumar mientras oraba.
Luego entra el Jesuita y al salir de la entrevista, muy alegre le comenta a su colega que el Papa lo había autorizado.
“Pero cómo puede ser”, pregunta sorprendido el Dominico,
“que si los dos hicimos la misma petición, a mí me la haya denegado y a ti te la haya concedido”.
“Pues es muy sencillo”, argumenta el Jesuita,
“mientras tú le pediste permiso para fumar mientras rezabas,
yo le pregunté si podía rezar mientras fumaba”.